Juan Ramón López Pérez

Juan Ramón López Pérez de 70 años de edad y con dirección residencial de Loíza fue sentenciado por la muerte de cuatro hombres, tres de ellos Guardias Penales. En la víspera de Reyes de 1979, los guardias penales Aníbal Ramos Feliciano y Ángel Morales, fueron asesinados por tres confinados que,  los apuñalaron y balearon en la cabeza para escapar de la prisión. Dos de los confinados asesinos fueron atrapados días después del crimen, pero 35 años después , Juan Ramón López Pérez continua fugitivo. Este individuo fue acusado de matar a principios de 1970 a un ciudadano, cuya identidad se desconoce, mató en el año 1975 al guardia penal Irving González, y en 1979 a los guardias correccionales Ramos Feliciano y Morales. Por ese primer asesinato, López Pérez iba a enfrentar juicio, así que el 2 de mayo de 1975 fue trasladado de la  prisión hacia el tribunal de Bayamón. En ese tiempo, un confinado conducía la patrulla en la que viajaba López Pérez. Al lado del chófer viajaba el guardia penal, Irving González y en el asiento trasero estaba sentado López Pérez esposado con las manos al frente. En el trayecto, el imputado utilizando un puñal casero que sacó de su pelo afro,  le hizo una puñalada sobre el ojo izquierdo al oficial González, quien mantuvo como rehén hasta el próximo día en que apareció el cadáver  con una herida de bala en el pecho. Pérez López fue capturado varios días después de este crimen. Ese 5 de enero de 1979, los guardias penales Ramos Feliciano, vecino de San Sebastián, y Morales, vecino de Cayey, bajaron a eso de las 8:45p.m, al pasillo de las galeras, donde tres confinados, se les abalanzaron encima y los asesinaron. Los confinados tipos salieron del edificio, brincaron la verja de la cárcel. Dos de los asesinos fueron arrestados días después, pero López Pérez no.